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colaboraciones litararias
LaVOZdeLasAulas III Mayo 2018
El mar y yo Carmen Rico Iñíguez
ada día es especial y diferente. techo y empieza a prestarnos atención
Puede suceder cualquier cosa, a todos, haciéndome sentir bien, como
Cnuevos sitios, nuevas caras, cuando comía chocolate de niña.
nuevas sensaciones... Sale un chico muy guapo, moreno con
Sentada en la cama observo lo que me el pelo rizado. Me recuerda a alguien,
rodea y pienso “Carmen, qué afortuna- pero no consigo saber a quién, tampo-
da eres. Siempre te ha entusiasmado co me importa demasiado y sigo bai-
viajar y ver sitios nuevos. Ahora lo tie- lando. El chico nos interrumpe y nos
nes casi a diario, y sin moverte.” informa de que tenemos visita. No es
De repente, un ruido me despierta y algo que me sorprenda, todos los días
una voz irrumpe. llega alguna persona nueva.
─-Bon dia! El chico moreno dice, como María, “Es
-Bon dia- Resulta que sé idiomas. domingo”. Pienso que esa palabra es
-El desayuno, y date prisa que toca muy bonita pero no más que mar, mi
gym. palabra favorita. De pronto, se abre
─-¿Gym?- ─Pensativa tomo la iniciativa, una puerta que da al patio y entra mu-
voy al baño al baño y me ducho. Pero cha gente. Un gran escándalo se apo-
algo no está bien o por lo menos no dera del lugar. ─-Mamá, ¿por qué no dices nada?
está en su sitio. Una mujer muy guapa con un niño co- Esa me parece una buena pregunta,
Hoy toca gym. Abro el armario y elijo gido de la mano se acerca a mí y aca- siento que se me ha olvidado hablar.
mi vestido y mis zapatos rojos que al- ricia mi hombro. Con una gran sonrisa Paso a intentarlo. ─-Hola, soy Carmen
guien me regaló hace tiempo. dice: ¿y tú?. Entonces, me coge de la mano
“¡Uy! ¡El desayuno!” Se me olvidaba. ─-Mamá, qué guapa estás hoy y con voz suave me dice: -Soy tu hija,
Miro a mi alrededor buscando algo La miro porque noto que sus palabras se Irene.
que no encuentro, miro por la ventana dirigen a mí. También el niño sonríe. Otra Trato de esbozar una sonrisa. Me gusta
y sonrio. “¡Míralo, ahí está esperándo- palabra bonita, sonrisa. Quisiera memo- esta chica, podría quedarse más tiem-
me!” El mar me devuelve la sonrisa. rizarla por si mañana no la recuerdo. po.
Salgo de la habitación. Me dirijo ha- La chica, que dice llamarse Irene, con- Con sus besos y abrazos intuyo que se
cia el salón y,¡sorpresa! otra cara nue- tinúa hablándome: están despidiendo de mí. Les acom-
va me sonríe y me dice: ─-No importa. ─-Mamá, el fin de semana que viene va- paño hasta la puerta. Me gusta mucho
Cambiemos el gym por el baile. mos a ir juntas a Barcelona a ver a Bea, la gente, y ellos en particular. Antes de
Algo llama mi atención. Un sala repleta que le van a dar un premio y quiere te- irse me recuerda que me prepare la
de libros, pero no es eso lo que bus- nernos cerca. maleta para el jueves.
co . Es... como si faltara algo, o alguien. El niño me habla: ─-Abu, ¿tienes chu- Al dar media vuelta ya casi no recorda-
Tengo siempre esa sensación. ches? ba lo que me acababa de decir. Cuan-
Me quedo quieta un rato, como espe- ─-¿Chuches? ─Pienso yo mientras meto do se marchó la gente, nos quedamos
rando. Me doy la vuelta sonriendo a mi mano en el bolso de tela que al- los de siempre, o eso creo.
esa persona que me espera. Entramos guien me asignó. Encuentro algo blan- Vuelvo a la sala donde había monto-
a un salón repleto de gente. María, mi do de color rosa, parece una nube de nes de libros.
compañera, gritaba “¡Es domingo!”. No golosina. Se la doy al niño que se lla- El chico del pelo rizado se encamina la
sé muy bien qué quería decir, pero se ma Mario. -─¡Qué nombre tan bonito!-─ búsqueda de un libro y yo le sigo, por
la veía tan feliz que nos contagió a to- Le digo. inercia. Me gusta el olor de esta habi-
dos su sonrisa, menos un a señor con Hay algo en esa mujer que me rela- tación. Nos sentamos y él comienza a
corbata que estaba al fondo sentado, ja, consigo mirarle a los ojos, pero no leer. Me gusta su voz, grave y masculi-
muy quieto, mirando al techo. puedo decirle eso que no recuerdo. na, recuerdo que se llama Jaime.
De pronto se escucha una música y Trato de ir hacia la ventana, con Mario Ha sido un día extraño, pero bonito.
empezamos todos a bailar. La melodía de la mano. Mirar por la ventana me Ahora voy a descansar. Mientras ca-
invita a darnos las manos, a soltarnos, tranquiliza y me gusta la sensación de mino hacia mi cuarto me detengo en
a disfrutar. Melodías conocidas, pero la mano de ese niño sobre la mía, tan la puerta del patio. Creo que aquí me
no recordadas. pequeña y suave. despedí de alguien recientemente.
El señor de la corbata continúa sin mo- Irene me sonríe y me cuenta algo de Esta abierta y salgo afuera. El olor de
verse. Me acerco y lo invito a bailar. Me un libro que está escribiendo, parece la noche primaveral me envuelve.
mira y hace un gesto que me transpor- feliz. De fondo, alguien me llama. Un olor a
ta a mi infancia. No sé cómo respon- Todos juntos vamos hacía el salón salitre embriaga mi nariz. Sigo cami-
der. Me siento a su lado y empiezo a donde había servida comida y pensé nando hacia el murmullo. Es cada vez
hablarle. Él, sin pestañear, me presta “Es domingo”. Me gusta este día. Co- más fuerte y cercano. Me invade una
atención. miendo, ella trata de tener una con- gran paz y serenidad, me siento feliz.
María, repite gritando “¡Es domingo!”. versación conmigo, pero creo que se Observo el mar sentada en la arena,
Sin embargo, el señor deja de mirar el da cuenta de que estoy ausente. ese mar que tanto amo.
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