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colaboraciones litararias
       LaVOZdeLasAulas III Mayo 2018



        Una historia de familia                                                         Ana Bernabeu



            na y Antonio son un joven ma-  la que el padre se llamaba Chimo y la   Rosa le decía ‘Tenemos que irnos por-
            trimonio que, junto con  su  hija   madre Rosa y tenían un niño de tres   que, sino, voy a dar a luz aquí’. Llegó di-
       ASara y los abuelos, Dolores y To-  años que se llamaba como su padre.   ciembre y una mañana hubo que llevar
       más, viven en un pequeño pueblo.                                         a Chimo al hospital: tenía mucha fiebre
                                           Los tres vivían en una casita muy pe-  y le dijeron que tenía pulmonía.
       Tienen una casa que consta de dos   queña, donde fuera de ella había un
       plantas, en la planta baja hay una en-  cobertizo y un horno porque el padre   Rosa dejó al niño en la posada  y se
       trada, y a la derecha una salita donde   era alfarero; hacía botijos, ollas, mace-  quedó varios días con su marido en el
       hay una mesa camilla con un brasero   tas, cántaros y juguetes de barro.   hospital. Chimo murió a mediados de
       y varias estanterías. También hay una                                    ese mismo mes y Rosa estaba deses-
       ventana por donde entra el sol duran-  Tenían dos mulos y un carro. En invier-  perada. Pagó el entierro con el dinero
       te toda la tarde y ¡allí está la joya de la   no él y su mujer hacían los cacharros y   que habían conseguido reunir y luego
       casa! Un aparato de radio cuya marca   en verano los vendían por los pueblos   volvió a la posada. La posadera le con-
       es Marconi.                         cercanos.                            solaba y le decía que allí podían estar
                                                                                todo el tiempo que necesitara. Rosa
       Allí escucha Sara los cuentos de los   Aquel año estaban contentos porque   estaba muy triste.
       jueves por la tarde y los mayores las   habían hecho muchos y, además, Rosa
       noticias, y los viernes vienen los ami-  iba a traerle un hermanito a Chimo.   Así pasaron muchas semanas. Llegó la
       gos  y a las diez mandan a Sara a la   Lo tenían todo pensado, ese año irían   noche de Reyes y Rosa se sintió mal
       cama. Apagan las luces y en secreto,   hasta Madrid; pensaban irse en mayo y   pero su amiga le dijo que no se preo-
       muy bajito, escuchan Radio Pirenaica.   regresarían en octubre, pues un amigo   cupase porque era el niño que venía.
       Ana es bastante alta, tiene el pelo cas-  les había dicho que allí se vendía muy
       taño y Sara la ve muy guapa. Su mari-  bien su mercancía.                Esa noche nací  yo,  y mi madre me
       do, Antonio, tiene el pelo rubio y tiene                                 puso por nombre Tomás, como su pa-
       los ojos azules. Él siempre tiene una   A primeras de mayo se montaron los   dre, y Baltasar, como el Rey Mago.
       sonrisa en los labios y muchas tardes   tres en el carro muy contentos. Chimo
       cuando viene del trabajo le toca la ore-  pensaba ‘Si todo sale bien, regresare-  Estuvimos en Madrid hasta la primave-
       ja a Sara y le dice: “¿Qué es esto?” y re-  mos con un buen dinero para arreglar   ra. Los posaderos fueron mis padrinos
       sulta que es un caramelo.           el tejado de la casa, que está muy mal.’.   y con su ayuda mi madre pudo vender
                                                                                los mulos y el carro para comprar un
       Sara  es rubia, siempre con trenzas, y   Así con mucha ilusión comenzaron su   burrito al que le puso unas alforjas. Me
       tiene los ojos azules. Dolores, su abue-  viaje, pero tardaron bastante en llegar,   enrolló en una manta y me metió en
       la, tiene el pelo blanco, es menuda y le   pues por los pueblos que pasaban   una alforja y a mi hermano lo puso a
       encanta cantar.                     también vendían su mercancía.        lomos del burro.

       El abuelo es Tomás. Es delgado, con el   Al llegar a Madrid buscaron una posa-  Ella andaba todo el tiempo y así, poco a
       pelo blanco y de él han heredado An-  da que tuviese patio para los animales   poco, fuimos pasando por los pueblos
       tonio y Sara los ojos azules.       y el carro. Rosa y el niño dormían en   por los que vinieron con tanta ilusión.
                                           una pequeña habitación, pero el padre
       La niña y abuelo tienen una gran com-  se quedaba en el patio guardando su   La gente los ayudaba  y nos dejaban
       plicidad. Pasan mucho tiempo juntos   mercancía.                         dormir, a veces en las casas y otras en
       y salen a pasear, por eso Sara conoce                                    algún porche o una cuadra.
       a todos los amigos del abuelo. Ella se   Por la mañana recorrían las calles ven-
       queda embobada cuando el abuelo le   diendo los cacharros, pero en seguida   Una mañana,  ya bien entrado el  ve-
       cuenta cuentos.                     se dieron cuenta que no era como su   rano, llegamos al pueblo. Los vecinos
                                           amigo les había dicho.               nos besaban y nos abrazaban y mi ma-
       Un día Sara le pregunta: “Abuelo, ¿por                                   dre lloraba. Me levantó en el aire y dijo
       qué te llaman Tomás el Madrileño?”. El   Rosa enseguida hizo una muy buena   ‘Este es Tomás Baltasar, el hijo del Chi-
       abuelo se queda pensativo, la mira y le   amistad con la posadera y así iba pa-  mo, que ha nacido en Madrid’.
       da un beso. La niña ve que su abuelo   sando el tiempo. Pasó el verano, llegó
       tiene lágrimas en los ojos, pero en se-  septiembre  y luego octubre,  y Rosa   Y por eso me llaman Tomás el Madri-
       guida se los limpia con el dorso de la   quería volver al pueblo, pero Chimo le   leño”.
       mano y acariciándole la carita le dice:   decía ‘Esperemos un poco para ven-
       “Te voy a contar un cuento, pero presta   der un poco más’.              El abuelo, dándome un abrazo  y un
       atención, porque es parte de la historia                                 beso y llorando los dos, me dijo: “Ade-
       de nuestra familia.                 En noviembre Chimo empezó a sentir-  más de que parece un cuento es la
                                           se mal: tenía mucha tos, pero no que-  historia de nuestra familia  y, sobre
       Hace muchos años había, en un pue-  ría dejar la mercancía sola y siguió dur-  todo, de tu bisabuela, la mujer más va-
       blo muy cerca de aquí, una familia en   miendo al raso.                  liente que he conocido nunca… ”.

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