Page 36 - LaVOZdeLasAulas_2018
P. 36

LaVOZdeLasAulas III Mayo 2018                                                colaboraciones litararias
       Relatos









       La iniciativa de organizar un Taller de Creación Literaria para mayores de 40
       dentro de las actividades del aniversario de Aulas ha sido una buena idea, a juz-
       gar por los comentarios de los participantes. Se empezó con ilusión y se termina
       con la sensación de querer mucho más, hasta el punto de que tantos relatos
       llenos de sorpresas y de sentimientos han reforzado en ellos, a los escritores del
       taller, el deseo de seguir escribiendo y aprendiendo.

       A continuación, se ofrece una pequeña muestra de los relatos construidos duran-
       te las 12 sesiones de las que ha constado el Taller, en donde se comprobará que, a
       cualquier hora, pero en especial a las seis de la tarde existirán dos tipos de juegos
       y un sillón en casa de una amiga, no habrá mal que por bien no venga, al tiempo
       que conoceremos a Carmen, a Tomás, a la tía Clara, y a un viejo encantador y
       encantado por las rotondas; a su vez, viviremos un día aparentemente normal,
       aunque no podamos descubrir el secreto de Amanda y, sin embargo, sí caer en
       alguna paranoia. Pero estaremos tranquilos al estar bajo la protección de La Tona.





        Paranoia dominguera                                                        Isabel Ortín Maestre


             e despierto a las siete como   mañana. Respiro hondo, conecto el pul-
             cada domingo  y me preparo    sómetro  y comienzo la carrera.
      Mpara el entrenamiento semanal.      Las 7 y 36 marca mi reloj. Aire fresqui-
                                           to y revitalizante, sensación de liber-
       Tengo legañas pegajosas y pocas ga-  tad y dolor del uñero que siempre me
       nas, pero, aun así, me incorporo pere-  da la lata y que va a hacer que deje
       zosa y me enfundo las mallas negras;   de entrenar. Al cabo de un cuarto de
       las que me disimulan esa celulitis que   hora, a un ritmo de 7 minutos por ki-
       me trae loca; que si cremas, que si   lómetro,  ya  sudo profusamente. Los
       friegas, que si bebe mucho té verde…   compresores modernos efectivamen-
       horrores.                           te, pican; el uñero me mata  y, en la
                                           lejanía, veo una silueta que mi imagi-
       Medito  reflexivamente  ante  la  posibi-  nación convierte en un muy peligroso
       lidad de usar esta vez los compreso-  asesino psicópata que me someterá a
       res para las pantorrillas que me regaló   horribles torturas antes de matarme
       José Francisco las pasadas Navidades   lentamente.
       y que tan de  moda están entre los
       corredores modernos. Supuestamen-   Pulsaciones al 110%  cuando observo
       te mejoran la circulación, pero, sobre   que la silueta se acerca hacia mí con
       todo, pican espantosamente.         paso lento pero seguro. Se trata de un
                                           hombre joven de complexión delgada,
       Tras  calzarme  las  zapatillas  de  tre-  vestido con colores neutros y una go-
       kking, pienso en la ruta que seguiré   rra. Decido tranquilizarme diciéndome
       hoy.  Vivir  en el campo  deja  abiertas   que es solo un muchacho que pasea
       diversas posibilidades; pero, claro, ya   por el campo. Además, no parece ser
       es  primavera…  debo  elegir  la  opción   muy fuerte ni moverse con gesto ame-
       más segura: libre de serpientes, perros   nazante. “Patricia, estás paranoica”, me
       sueltos, excesivo tránsito de tracto-  digo, mientras siento un dolor ardiente   rio ante lo inexplicable me invade  y
       res,… ¿no me habló el otro día mi amiga   en el maldito uñero.           mis últimos 4 km se convierten en un
       Lara sobre jabalíes salvajes en la zona                                  sprint trepidante hacia la seguridad del
       de las Tres Fuentes? Además, debe te-  Sin embargo, conforme nos aproxima-  hogar.
       ner alguna sombra para evitar insola-  mos, un detalle inquietante llama mi
       ciones, por supuesto. Me decido por la   atención: el rostro del caminante care-  Al final, tras este susto descomunal y,
       de Las Encebras.                    ce de ojos, nariz y boca… él se mueve   a pesar de que he mejorado mi mar-
                                           normalmente y parece ajeno al hecho   ca personal en 9 minutos y de que del
       Inevitablemente, antes de dar el primer   de que no tener rasgos, sólo un rostro   uñero ni me acuerdo, creo que correr
       paso ya fuera de casa, me pregunto qué   ovalado de piel morena y lisa bajo la   por los caminos campestres e intrigan-
       fuerza absurda me sacó de la cama esta   visera de su gorra. Un miedo prima-  tes no es lo mío y que me paso al yoga.

                                                           36
   31   32   33   34   35   36   37   38   39   40   41