Page 33 - LaVOZdeLasAulas_2018
P. 33
colaboraciones litararias Mayo 2018 III LaVOZdeLasAulas
De vuelta con el tunel Fulgencio Sáez
<<Aquellas sinceras lágrimas que, Por haber recibido una llamada telefó-
salían del corazón. Manantial de nica desde el hospital, en vísperas de
agua sensible, cada gota una emo- atravesar uno, me veo. Me indican que
ción. Por cada lágrima, un sentimien- dentro de unos días debo de presen-
to. Antes de llorar…pensaste. Antes de tarme en el ambulatorio para hacerme
pensar…recordarías…Y cada recuer- unos chequeos, y después acudir a
do… una herida, de las que nunca ci- los quirófanos del hospital, para unas
catrizan. pruebas de anestesia.
Tintero de almas transparentes…No Me van a intervenir de una lesión ve-
dejes de plasmar, y contarnos lo que sical (vejiga de la orina, en castellano
sientes…porque eso es escribir. Que entendible), previa entrada en el, para
mojen el papel tus emociones…La tin- mí, desconocido túnel de la incons-
ta de tus sentimientos…Aquellos que ciencia.
no se borran con el tiempo.
Prometo que en esta travesía inespe-
En mi mente pusiste un folio en blan- rada a un túnel imaginario, voy a inten-
co, en el que hoy me atrevo a dibujar. tar encontrar las zapatillas de aquella
e dice que, para escribir se ne- Que no se cierre tu herida…piensa… niña que nos describías. Y quién sabe
cesita concentración, y sentarse recuerda…escribe…que de ti puedo si de esta experiencia, pronto os pue-
Sa esperar que la inspiración haga aprender>> da contar algún relato interesante.
acto de presencia, o que esta no pase Señal sería de que la necesaria inspi-
acelerada. Por mucho que lo intento, Al recuerdo me viene el artículo del ración es de ida o vuelta, y hermana
poco o nada consigo. Solo veo un os- compañero Paco: “Las alpargatas del de la concentración que, últimamente
curo túnel. túnel”. anda reñida conmigo.
Confieso no ser dueño de mi mente. Mi
cerebro anda cargado de nubarrones
arrastrados por el viento de la incerti-
dumbre. Dada esta, mí anormal situa-
ción emocional, no puedo cumplir con
mi compromiso de escribir algo para
el taller de escritura, por lo que tengo
que echar mano de unos apuntes to-
mados en mi última clase.
Nos tocaba leer nuestros ejercicios,
artículos o relatos, enmarcados dentro
de la descripción. No me encontraba
muy cómodo o satisfecho con mi tra-
bajo del día, hasta que, escuchando
lo escrito por un alumno compañero,
aprendí una de las mejores lecciones.
De repente, sin esperarlo, pudimos ob-
servar cómo le invadían la más sincera
de las emociones. El recuerdo nos-
tálgico de un profesor de su infancia,
daba paso a un relato sentimental, no
escrito ni hablado, que ahogaba sus
palabras por unos momentos. Envuel-
to en unas sinceras y profundas lágri-
mas, estas nos hablaban en el silencio.
Solo se precisaba saber escucharlas.
Me atreví a describir aquel momento,
y dedicárselo a mi compañero Alber-
to, bajo el título, “Cuándo los silencios
hablan”:
33